
EMBARAZO ADOLESCENTE
El embarazo en jovenes menores de 18 años es muy frecuente en muchas sociedades en Latinoamérica se da por la economía baja ya que ello muchas veces conlleva a no educar a los hijos y el entorno en el que esté se desenvuelve no es el apropiado y la falta de interés por parte del gobierno también los afecta y en países como la India se da por qué aún siguen conservando la tradición de comprometer a sus hijos en una edad muy temprano aún con personas que pueden llegar a triplicar su edad y en casos diferentes se ve jóvenes que han Sido abusados por un desconocido o algún familiar lo que provoca traumas en el adolescente y provoca que este genere odio sobre este infante.

El número de embarazos tempranos es sistemáticamente más elevado en el campo que en la ciudad. Persiste, además, una marcada asociación entre el nivel educativo de las jóvenes y la proporción de madres. En casi la mitad de los países con datos disponibles, la maternidad adolescente entre las jóvenes que llegaron como máximo al nivel escolar primario es más del triple que aquellas que alcanzaron el nivel secundario. Hay brechas también según la pertenencia étnica y el nivel de ingresos. Una gran proporción de los embarazos de adolescentes no son planificados y es preocupante que en casi todos los países con datos disponibles se constate un aumento en su porcentaje.
Aunque cada vez hay más información sobre el embarazo temprano, las miles de adolescentes que se convierten en madres cuando apenas están creciendo, necesitan acciones concretas de los gobiernos, es decir, políticas públicas contundentes que incidan en los determinantes sociales y estructurales de este fenómeno. Garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y ampliar el acceso a los servicios asociados a éstos, con énfasis en la prevención del embarazo, siguen siendo piedras angulares en la reducción de la fecundidad adolescente. Es necesario, también, ofrecer educación sexual integral a los niños y adolescentes.
Pero, además, y como eje fundamental, los gobiernos deben implementar políticas públicas que aumenten las opciones y oportunidades, fomenten la inclusión social, rompan la reproducción intergeneracional de la exclusión y la desigualdad, y garanticen el pleno ejercicio de derechos por parte de los adolescentes y jóvenes. Decimos que el embarazo adolescente es una alerta temprana de la desigualdad, porque la reproducción de nuestra sociedad está ocurriendo en hogares pobres y sin inversión en bienes públicos, lo que plantea un desafío futuro.

